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Interrupción de los aprendizajes
Hay que tomar en consideración que ya antes de la pandemia existía una crisis de aprendizaje” en el país – de acuerdo con las evaluaciones de aprendizaje PLANEA 2018, casi el 80% de las niñas y niños mexicanos no alcanzaban los aprendizajes esperados en las áreas de comprensión lectura y matemáticas. Estos rezagos se verán agudizados por el cierre de las escuelas.
Según la ENCOVID 19 Infancia:
- En julio, 89.1% de los entrevistados reportó que los niños, niña sy adolescentes tomaron clases a distancia durante la cuarentena (ciclo escolar 2019-2020). Sin embargo, se observan diferencias dependiendo del nivel socioeconómico de los hogares: 84.8% en los estratos de menores recursos, 90.7% en los estratos medios y 95.1% en los estratos de mayores recursos pudieron participar de Aprende en Casa I.
- También se encuentró que solo 39.5% reporta tener conexión fija a internet, 34.0% tener al menos una computadora y 49.1% tener dos o más celulares, con menores porcentajes para los hogares de menores niveles socioeconómicos.
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Riesgo de abandono escolar
Evidencia internacional demuestra que con el cierre prolongado de escuelas (por ejemplo, a causa de emergencias) el riesgo de abandono escolar se aumenta. Las razones pueden ser múltiples; en el contexto de COVID, se identifican sobre todo las siguientes razones:
- Acumulación de rezagos educativos y aumento en las desigualdades de aprendizajes: La calidad educativa ha sido muy difícil de mantener con los recursos disponibles en casa. Esto incrementará las brechas de aprendizaje de una población que a lo largo de su trayectoria ha acumulado tantas deficiencias académicas que han provocado que abandone la escuela, especialmente a nivel de educación media superior.
- Efectos de la crisis económica: se proyecta que alrededor de 9 millones de personas caerán en pobreza por ingreso en 2021 por lo que las y los adolescentes muy probablemente saldrán a buscar una fuente de ingreso, orillándoles a abandonar sus estudios.
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Rezago en el desarrollo infantil
Para los niños y niñas más pequeños, el cierre de los espacios físicos donde se implementan los programas y actividades de educación preescolar e inicial restringe oportunidades para su desarrollo óptimo. La educación a distancia no es una solución ideal para estas edades, ya necesitan una participación más directa y lúdica.
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Violencia contra niños, niñas y adolescentes
Antes de la epidemia, la evidencia mostraba que el hogar es a menudo el lugar más peligroso para una mujer y sus hijos e hijas. Se sabe también que más que 6 de cada 10 personas de entre 1 y 14 años han experimentado alguna medida de disciplina violenta en sus hogares, situación que se agrava por el confinamiento.
Mientras más tiempo pasen los y las niñas en el hogar en un contexto de distanciamiento social y con poco acceso a apoyo informal como un docente o un adulto de confianza en el contexto escolar, más probable será su exposición a violencia en un hogar que de por sí mostraba dinámicas violentas antes de la pandemia. No pudiendo acceder a la escuela, habrá menos posibilidad de identificar el problema.
La escuela, además del espacio de aprendizaje, ofrece un punto de contacto donde los niños y niñas encuentran figuras de confianza donde confiar si están viviendo violencia en el hogar, donde pueden reportar alguna situación y pedir ayuda. Asimismo, los docentes pueden identificar situaciones de desprotección.
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Violencia en línea
Dada la limitada supervisión por el exceso de carga de trabajo de los cuidadores, y el aumento de presencia de número de horas en redes sociales por parte de niñas, niños y adolescentes por la educación a distancia y la ausencia de educación presencial, aumenta el riesgo de ciberacoso o violencia en línea. De enero a agosto de 2020 en México se han recibido 329,308 incidencias delictivas en internet en agravio de niñas, niños y adolescentes, tan sólo en el mes de agosto del año vigente se recibieron 120 mil reportes (Dirección Científica de la Guardia Nacional).
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Nutrición
Las raciones alimentarias distribuidas a través de los Programas alimentarios en las escuelas (Desayunos Escolares y Comidas del PETC con una cobertura total de más 6 millones de niñas, niños y adolescentes), se han seguido entregando a los hogares, sin embargo, es muy probable que estas raciones se distribuyan entre los miembros de la familia y no se logre el adecuado aporte nutricional.
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Bienestar físico y psico-emocional
El uso excesivo de pantallas para seguir clases en televisión o en línea y el confinamiento en casa pueden generar insuficiente actividad física y sedentarismo, aumentando el riesgo de sobrepeso y obesidad, así como de sueño irregular y con ello otras consecuencias para la salud física y mental como irritabilidad, ansiedad y falta de concentración.
Con el distanciamiento social y la educación a distancia, los niños, niñas y adolescentes han tenido que cambiar drásticamente sus rutinas y la interacción con sus pares. Esto afecta significativamente a las y los adolescentes porque es en la adolescencia cuando desarrollan aspectos relacionados a la independencia y socialización.
El establecimiento de la rutina, como el regreso a clase, es un factor fundamental para regresar a la normalidad y reducir los efectos psico-sociales. Se espera que la vuelta a la escuela ayudaría a mejorar el estado de ánimo, ya que no se sentirían aislados y podrían tener contacto con pares y con adultos que no son sus padres.
Fuente: UNICEF México https://www.unicef.org/mexico/historias/las-escuelas-primero